Las personas que padecen la enfermedad de la epilepsia pueden llevar una
vida corriente. Para que esto sea así, el 80% de las personas que la sufren,
son tratadas con terapias, las cuales pueden llegar a evitar las convulsiones incluso
durante meses. A pesar de esto, sí que supone algo que afecta a la vida de la
persona y por lo tanto a la de sus familiares y amigos.
Hay personas que sufren ataques más severos que otras. Las personas con
ataques más intensos, tendrán menor esperanza de vida así como mayor dificultad
de aprendizaje. Esto último suele ocurrir principalmente si los ataques se
comienzan a dar a una edad temprana.
La epilepsia también condiciona muchas veces las actividades que la persona
puede realizar, como puede ser conducir. Sin embargo, debido a que muchos
ataques se dan debido al estrés, se suele recomendar la realización de
ejercicio físico. Podemos poner el ejemplo de Eric Wheeler, el cual es un corredor de maratón y triatleta padece epilepsia. Como él, muchas otras personas que
padecen epilepsia, consideran que sus convulsiones están mejor controladas
cuando son personas activas.
En el caso de los niños que padecen epilepsia, el profesor debe estar
informado de un protocolo a seguir siempre que él niño sufra un ataque, así
como disponer medicación para administrarle. En casos extremos se deberá llamar
al 112. Toda esta información debe ser transmitida por parte de los padres.
En el caso de los adultos, deben tener informadas a las personas que le
rodean en su entorno social, laboral y
doméstico de cómo deben actuar en el caso de que sufra un ataque.
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