La epilepsia es un trastorno
neurológico crónico, caracterizado
por las llamadas crisis o ataques
epilépticos. Estos ataques
epilépticos se
producen por que las células nerviosas o neuronas del cerebro
trasmiten impulsos nerviosos de manera anormal o errónea.
La función de una neurona
es enviar señales o impulsos nerviosos a otras células, glándulas o músculos
para generar acciones. Cuando se produce una crisis epiléptica, lo que ocurre
es que varias neuronas emiten impulsos simultáneamente, a un ritmo más rápido de
lo normal. Este aumento de actividad eléctrica en el cerebro causa movimientos, sensaciones,
emociones y comportamientos que no son controlados por el organismo, es decir, involuntarios.
En numerosas ocasiones, la alteración de la actividad
de las células nerviosas causa la pérdida del conocimiento.
Algunos usuarios
que sufren esta enfermedad pueden tener convulsiones. Cualquier
persona puede desarrollar esta enfermedad. Por lo general, se considera que una
persona padece epilepsia cuando ha tenido dos o más crisis durante el mismo
día, sin que haya una razón aparente. La epilepsia puede afectar tanto a mujeres como a hombres, independientemente de la edad.
En
la actualidad, los ataques epilépticos se controlan mediante medicamentos
y cirugía. Sin embargo, un alto porcentaje de las personas que sufren
esta enfermedad siguen teniendo crisis debido a que muchas veces el tratamiento
no hace completamente su función.
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